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Insecto en viviendas |
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Viña, Frutales y Boj |
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Viña |
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Viña y Manzano |
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Viña y Manzano |
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Viña, Manzano, Tomate, Boj, y Plátano
de sombra |
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Viña, Manzano, Membrillero, Varios frutales,
Pino, Boj y Plátano de sombra |
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Viña, Manzano, Cítricos, Frutales de
hueso, Varios frutales y Castaño |
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Viña, Manzano, Castaño y
Pino |
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Viña, Manzano, Membrillero, Plantas
ornamentales y Pino |
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Viña, Manzano, Plantas ornamentales y
Plátano de sombra |
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Viña, Manzano, Peral, Membrillero, Frutales
de hueso, Patata y Plátano de sombra |
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Viña, Manzano, Peral, Frutales de hueso,
Diversas hortícolas, Patata y Boj |
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Viña y Manzano |
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Viña, Manzano, Cerezo, Tomate, Patata y
Evónimo |
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Viña, Manzano, Nogal, Pino y
Sauce |
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Viña, Manzano y Boj |
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Viña |
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Viña, Manzano y Varios
cultivos |
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Viña, Manzano, Kiwi, Melocotonero y
Camelia |
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Viña, Manzano, Membrillero y
Kiwi |
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Pino |
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Viña, Manzano, Kiwi, Camelia y Cultivos
hortícolas |
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Viña |
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Viña |
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Viña, Manzano y Cultivos hortícolas
en general |
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Viña, Manzano, Peral, Ciruelo, Patata y
Varios cultivos hortícolas |
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Varios cultivos |
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Viña, Manzano, Kiwi, Melocotonero,
Nectarina, Pino |
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Viña, Manzano, Kiwi y
Camelia |
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Viña |
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Viña |
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Melocotonero, Ciruelo, Kiwi, Camelia y
Eucalipto |
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Eucalipto |
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Pino |
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Boj, Cítricos, Frutales y
Viña |
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RESUMEN FITOSANITARIO DE LA
CAMPAÑA 2012. VIÑEDO
13/09/2012
MILDIU |
La maduración de la oospora tuvo lugar entre
el 20 y el 21 de marzo, cuando la viña se encontraba entre los
estados fenológicos D (hojas incipientes) y E (hojas extendidas).
El 10 de abril empezaron a cumplirse en algunas
zonas las condiciones para la contaminación primaria (10 ºC de
temperatura, 10 mm de lluvia, 10 cm de desarrollo de brote), lo que
parecía augurar una aparición temprana de los primeros
síntomas de la enfermedad. Sin embargo, el mes de abril fue
especialmente lluvioso (con en torno a 200 mm de lluvia) y las temperaturas
fueron relativamente bajas, con lo que el ciclo de la enfermedad sufrió
un retraso, así como el desarrollo de las plantas. Con esta
situación, la primera mancha apareció entre el 3 y el 17 de
mayo según las zonas, con las plantas entre los estados H (botones
florales separados) y G (racimos separados).
La elevada sensibilidad del viñedo en ese
momento, unido a la concurrencia de diferentes períodos con condiciones
de infección, obligó a renovar los tratamientos antes de la
floración (finales de mayo). Ya en la floración (que se
inició en torno a los primeros días de abril) las condiciones
climáticas fueron muy favorables al patógeno, lo que
provocó importantes pérdidas en algunas parcelas que incluso
habían sido tratadas sistemáticamente, por calendario.
También las lluvias en la floración fueron el origen de
corrimientos más o menos importantes en el racimo.
Al final
de la floración (mediados de abril), aunque siguió habiendo
condiciones favorables repetidamente, éstas no tuvieron un reflejo
evidente en el campo, ni siquiera en las plantas testigo que no recibían
tratamientos, con lo que la agresividad que demostró el hongo apenas una
semana antes se vio atenuada. Continuó durante junio la
reiteración de condiciones favorables, aunque ya con la uva cuajada y
acercándose a tamaño guisante, apenas se observaron
síntomas en los racimos. Durante prácticamente todo julio, ya con
el racimo próximo a cerrarse o cerrado, continuaron registrándose
de forma recurrente condiciones favorables, de manera que en hoja se observaron
nuevos focos de infección, aunque en racimo la situación era
más estable.
En la primera quincena de agosto, aun habiendo
días con condiciones favorables, apenas se observaron síntomas en
las plantas testigo, y ya en la segunda quincena se alcanzó el envero,
con lo que los siguientes ataques del hongo afectaron únicamente a la
vegetación, aunque hasta ahora sin una elevada incidencia.
De esta forma, debido a la inestabilidad climática
registrada en esta campaña, los tratamientos debieron ser reiterados.
Algunos viticultores llegaron a realizar hasta 18 intervenciones antimildiu, y
la media se sitúa en 15-16. Los tratamientos realizados por nosotros
según la técnica de lucha oportuna adaptada, que se fundamenta en
comprobar cómo las condiciones favorables a las infecciones afectan a la
aparición de síntomas, han sido 9-10 según las fincas. En
cuanto a las pérdidas de cosecha, los casos más extremos hablan
de hasta más de un 60% de cosecha perdida a consecuencia del mildiu,
aunque lo normal es que no se llegue al 5%, lo cual ha sido también el
valor máximo de pérdidas en las parcelas sometidas a nuestra
técnica.
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OIDIO |
Si bien durante la
campaña 2011 el oidio tuvo una presencia elevada en nuestra zona, en
2012 apenas causó problemas. Los primeros síntomas se detectaron
en una variedad tinta en la última semana de mayo, con la uva entre
"botones florales separados" y floración. En albariño los
primeros signos de la presencia del patógeno se observaron en la primera
semana de junio aunque sin apenas incidencia. Los tratamientos efectuados
lograron contener bien el avance de la enfermedad y no fue hasta principios de
julio cuando aparecieron ataques muy ligeros en racimo, sobre todo en las
plantas testigo. Hacia finales del mismo mes volvieron a manifestarse
síntomas en racimo, con la uva en "granos tamaño guisante",
aunque también esporádicamente. En agosto, aun habiendo
períodos favorables a las infecciones (nieblas localmente persistentes),
no se observaron daños. Con la situación que acabamos de
referir, este año fue posible controlar la enfermedad con solo dos o
tres aplicaciones según las fincas.
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BOTRITIS |
El 14 de abril se
produjeron vientos y/o granizos en algunas zonas que aconsejaron la
aplicación de un fungicida preventivo. En los primeros días de
mayo, con los viñedos en pre-floración, aparecieron los primeros
síntomas en hoja. La permanencia de condiciones húmedas durante
este período hizo recomendable una nueva aplicación preventiva,
sobre todo en variedades sensibles, y lo mismo sucedió inmediatamente
después de la floración debido a la persistencia de las lluvias
(aunque finalmente no se observaron daños al inicio del cuajado).
Durante todo el mes de julio no se observaron síntomas, y hacia la mitad
de agosto, debido a la presencia reiterada de lluvias incluso intensas, se
recomendó una nueva aplicación solo en variedades sensibles. La
misma recurrencia de condiciones favorables (humedad durante varias horas y
temperaturas elevadas), aconsejaron un último tratamiento en las
variedades de mayor sensibilidad.
Los tratamientos fueron
recomendados por precaución debido a las condiciones especialmente
húmedas del año. Sin embargo, debido a que en general no se
observaron heridas en la uva a consecuencia de las polillas u otras causas,
finalmente no hubo daños.
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BLACK-ROT |
En la tercera semana
de mayo aparecen los primeros síntomas en el Condado debido a las
condiciones tan húmedas de la primavera. Con el paso del tiempo y la
permanencia de las mismas condiciones, las manchas se van extendiendo en la
superficie foliar pero sin afectar a los racimos. A principios de junio se
observan síntomas del patógeno en plantas de otras comarcas, sin
afectar nunca a los racimos. No es hasta los primeros días de julio
cuando aparecen algunos síntomas en racimo, muy esporádicos eso
sí, que en general se mantuvieron estables. Con esta
situación, aunque en un primer momento se pensó que podría
haber pérdidas debidas a la presencia de este hongo, finalmente no se
produjeron, ya que una elección más razonada de los tratamientos
antimildiu o antioidio (con efecto paralelo frente a este otro patógeno)
logró evitarlas.
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PATOLOGÍAS DE
MADERA |
Ya en el mes de junio
empezaron a observarse parcelas con plantas afectadas por este tipo de
alteración. Esta sintomatología se hizo más evidente a
principios de julio, tras una subida notoria de las temperaturas, y
continuó avanzando durante todo el mes de agosto. En general, en
este año se ha observado un incremento en la presencia de
síntomas causados por estas enfermedades. Y, debido a su
relación directa con las podas, es muy importante marcar las plantas
afectadas para podarlas separadamente en su momento.
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POLILLAS DEL
RACIMO |
En general, las
capturas en las trampas de feromona han sido bajas este año, tanto de
Lobesia botrana, la especie más abundante, como de Eupoecilia
ambigüella, de la que únicamente recogimos 3 machos en la
primera semana de julio. Los primeros glomérulos se observaron, aunque
muy puntualmente, con el inicio de la floración (finales de mayo). La
primera penetración larvaria no fue vista en el muestreo de racimos
hasta la primera semana de julio, y en general nunca en toda la campaña
hubo una elevada presencia de plaga. Por este motivo, en general no fue
necesario aplicar ningún tratamiento.
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CICADÉLIDOS |
En la generalidad
de parcelas, la presencia de cicadélidos ha sido relativamente baja en
esta campaña. Se han recogido en conjunto más ejemplares de
Zygina rhamni (especie menos nociva) que de Empoasca vitis. Ha
habido en diferentes momentos ciertos incrementos en el número de
capturas, pero sin llegar a cifras cercanas al umbral de tolerancia.
Finalmente, los primeros ejemplares de la cicadela blanca de la vid,
Scaphoideus titanus, se capturaron en la tercera semana de agosto, y
continuaron capturándose durante todo el mes en cifras muy bajas.
No fue necesario aplicar ningún tratamiento en toda la
campaña.
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ÁCAROS |
Sin duda alguna
esta ha sido una campaña caracterizada por la práctica ausencia
de poblaciones de ácaros, según lo observado en nuestras parcelas
de seguimiento y según lo determinado en las muestras que hemos recibido
en la EFA.
Sólo puntualmente se observaron focos muy localizados de acariosis.
Tampoco fue necesario aplicar tratamientos acaricidas en esta
campaña.
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